martes, 2 de junio de 2009

Seamos unos Padres Amorosos

A nuestros hijos nunca debe faltarles Amor; recibir amor, cariño y comprensión, les convierte en personas amorosas, más confiadas y seguras de sí mismas, con mayor autoestima y en definitiva en mejores seres humanos.
Cada día demostrarles a nuestros hijos lo mucho que los amamos es muy importante, aprendamos a decir “Te Quiero” y “Te amo”. Algunas personas tienen dificultad para decir estas maravillosas palabras, por no decir milagrosas, cuando nuestros padres no nos lo dicen a nosotros como hijos nos cuesta mucho expresarlo, quizás a alguno de los que lea estas líneas se sienta identificado. Lo cierto es que es muy triste que no podamos decirles a nuestros padres que los queremos, porque no sabemos cómo, pues nunca nos enseñaron. Pues entonces no caigamos en ese error y enseñémosle a nuestros hijos a expresarse, pues no hay nada más lindo que escuchar a tus hijos decirte, “mama te quiero” o “papa te quiero”. Al hacer esto creamos un lazo, eliminamos una barrera.
Pero también es muy importante y “necesario” demostrarles con hechos eso que con palabras decimos. Debemos demostrarles lo importante que son en nuestras vidas y lo mucho que los queremos, pues ellos son una bendición de Dios y deben saberlo y sentirlo.
Demostrarles que los amamos implica respetarlos como seres individuales que son, escucharlos, entenderlos y comprenderlos; no nos olvidemos que alguna vez fuimos como ellos. Siempre debemos recordar (debemos hacer el esfuerzo) lo que sentíamos y pensábamos a esa edad, para entender lo que sienten y/o piensan, todo esto significa que debemos ser más que sólo padres, debemos convertirnos en sus amigos, debemos demostrarles que pueden confiar en nosotros, por esta razón si tu hijo te pide guardar un secreto, aunque te parezca tonto, no le falles, pues de ello dependerá que te haga saber otras cosas menos tontas, pues llegará el momento en el que necesite un padre y un amigo a la vez, y si no eres las dos cosas recurrirá a sus amigos y quizás ellos no le puedan aconsejar adecuadamente. De esta manera pasamos de crear un lazo a crear un vínculo.
También debemos aprender que la mejor educación es aquella que se da con el ejemplo. Muchas veces nos molestamos porque nuestros hijos nos mienten, pero en el día a día nosotros lo hacemos descaradamente. O le decimos que fumar es malo, pero nosotros lo hacemos. Así ocurre con cualquier cosa que queramos enseñarles, los mejores resultados de aprendizaje se obtendrán de aquellas enseñanzas que impartimos en el día a día con nuestro ejemplo, teniendo un comportamiento ejemplar, sin engaños. No vamos a empezar a fumar a escondidas para poder exigirles que entiendan que está mal fumar, pues nuestros hijos son demasiado inteligentes, cada día más.
También es importante que nuestros hijos nos vean como personas reales, normales, personas que cometen errores. Aceptemos que de vez en cuando nos equivocamos, pues en ocasiones pasa que a pesar de haber cometido un error no somos capaces de aceptarlo frente a nuestros hijos. Sin embargo, si hacemos esto y adicionalmente tratamos de reparar el error o resolver el problema le estamos enseñando a nuestros hijos que somos seres humanos imperfectos, y que a veces nosotros y ellos podemos equivocarnos o cometer errores, y no está mal; la diferencia la hace el que seamos capaces de aceptarlo y busquemos salidas y soluciones viables a estos errores. Porque recuerden que “errar es de humanos”.
Por último pero no menos importante… recuerden que un padre amoroso no es necesariamente aquel que más cosas materiales da a su hijo. Esto es, cuanto nuevo juego sale se lo compramos, o ante la más mínima petición somos incapaces de decir “No”.
Es muy cierto que como padres queremos darle “todo” a nuestros hijos y en muchas ocasiones existe el poder económico para hacerlo, pero en esto debemos poner límites, pues más adelante sentirán que todo lo que pidan es nuestro deber dárselo y habrá ocasiones en las que no se podrá, pero más importante aún es que no debemos darle la falsa idea de que nuestro deber como padres es proveerles de todos los juguetes o caprichos que se les ocurran por absurdos que sean. Nuestro deber como padres es proveerle primero que nada Amor, educación, alimento y salud física y mental, lo demás es sólo regalos adicionales. Tampoco es que vamos a privarles de las cosas materiales si tenemos la posibilidad económica, pero la idea es hallar un equilibrio, pues nunca es bueno irse a los extremos.
Si todos los padres seguimos estas pautas, pero sobre todo lo hacemos con el mayor Amor y Disposición, tendremos hijos más contentos y haremos de ellos unos buenos ciudadanos y seres humanos capaces de vivir en armonía con el medio que les rodea.

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