lunes, 8 de junio de 2009

Ayudar a tus hijos en las tareas escolares cuando no estás presente

Actualmente el ritmo de vida nos lleva a trabajar muchas horas para poder tener que ofrecerles a nuestros hijos, pues hay muchos recibos que pagar. Esto ocurre frecuentemente entre las madres solteras, pero también ocurre en familias en las que se encuentran el padre y la madre, pues un solo sueldo no es suficiente para cubrir todos los gastos.
Por este motivo nuestros hijos pasan muchas horas sin nuestra supervisión directa en su día a día. Y no estamos allí para ayudarlos directamente en sus tareas, pero esto no significa que no podamos ayudarles. ¿Entonces que recomendaciones podemos sugerir? La más sencilla, pero algunas veces no viable por implicar gastos adicionales, es inscribirlos en tareas dirigidas. Generalmente en la misma escuela se ofrece esto con un costo adicional no muy alto, sin embargo hay otros lugares que se dedican exclusivamente a esto pero resultan un poco costosos, pero incluso ofrecen la posibilidad de darles almuerzo y permitirles bañarse para cambiarse el uniforme. En estos lugares personal especializado se encargará de ayudar a tus hijos a tener al día su tarea y cualquier actividad que deban llevar a sus clases y en algunos casos cuando ya han realizado todas sus tareas pendientes, les ponen a hacer otras actividades, o refuerzan alguna en la que exista debilidad.
Si no tienes la posibilidad de inscribirlos en tareas dirigidas, debes tener a alguien en casa, un familiar o la nana o mujer de limpieza, que se encargue de darle de comer a tu hijo, sobre todo cuando son más pequeños. Pero en este caso es muy importante que se cree el hábito de sentarse a trabajar, y esto se hace desde que tus hijos están pequeños preferiblemente.
"Educar hábitos de estudio se hace como cualquier otro hábito, es decir, debe ser cotidiano, en una hora fija, en condiciones fijas y con los materiales apropiados", plantea la psicóloga Pía Sius. La meta es alcanzar el mismo automatismo con el que uno se lava los dientes, es decir hacerlo sin mayor cuestionamiento. Para lograrlo hay que motivar al niño, que el estudio tenga un sentido para él. Cuando son menores pueden trabajar para aprender a leer como los adultos. Hay que hacerles ver que pueden usar sus propios intereses relacionándolos con las actividades escolares.
Es importante que los padres se involucren y se interesen en las actividades escolares de sus hijos. Una forma de supervisión puede ser telefónicamente, llamar a la hora que el niño debe empezar a trabajar en sus tareas, para preguntarle que tiene que hacer, si tiene todo lo que necesita a la mano o si tiene alguna duda, y tratar de ayudarlos. Debemos inculcarles que las tareas no se dejan para el último momento, pues esto te permitirá planificar si se necesita algún material, libro o cualquier otra cosa para cumplir con la misma; debe existir plena comunicación entre padres e hijos para ello, muchos colegios envían un plan de tareas el primer día de la semana, eso permite un margen amplio de planificación, permitiéndote ayudarlos con mayor facilidad, puedes tener una copia del mismo contigo, y recordarles, la actividad que tienen pendiente.
Adicionalmente tus hijos deben saber que cuando llegues a casa revisarás sus tareas, para verificar si fueron realizadas. Aquí lo más importante es confirmar que de verdad la han hecho, si está mal, y es muy tarde no vale la pena ponerlos a rehacer la tarea, aunque es bueno hacerles ver el error; también forma parte de su decisión el corregirla o no. Las tareas están hechas para aprender y para reforzar el conocimiento y es normal encontrar errores, así que si es muy tarde no es bueno obligarlos a hacer de nuevo la tarea.
Si los niños no hacen sus trabajos hay que imponerles restricciones como menos horas de televisión o cancelar el paseo del fin de semana. "Hay que enseñarles que no cumplir con los compromisos adquiridos trae consecuencias", afirma Pía Sius. Además es bueno que sepan que los papás van a mirar en sus cuadernos en la noche aunque ellos estén durmiendo. "Para poder aportar a su aprendizaje los progenitores deben saber que materias están viendo. Hojear sus cuadernos permite hacerse un panorama rápido, incluso de la calidad de enseñanza que reciben".
Muchos padres sienten culpa por no poder estar con sus hijos a la hora de las tareas. "Hay progenitores que realmente no pueden trabajar menos pero hay otros que a veces prefieren en el fondo estar fuera de la casa. Si es imposible llegar temprano no hay motivos para tener culpas ya que su labor está permitiendo que el menor vaya a la escuela y tenga ciertos recursos. A veces cuando los niños ven que sus padres se esfuerzan en trabajar aprenden viendo un modelo de adulto que se organiza y persevera", concluye la psicóloga Sius.
Ahora bien, siempre hay opciones para poder pasar más tiempo con nuestros hijos, tal es mi caso pues yo no soporté el hecho de perderme estos momentos de mi hija, y decidí dejar el trabajo asalariado, para trabajar para mi misma. Aunque esto es un poco difícil, para mi vale la pena este esfuerzo.

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